Tenemos que reconocerlo. Se convirtieron en uno de esos cosméticos "salvadores" que nos sacan de un apuro, cumplen su función y, lo más importante, resuelven nuestra necesidad en segundos. Las toallitas faciales son para muchas la herramienta principal de la rutina de limpieza facial diaria. De hecho, hay mujeres que no pueden vivir sin ellas. Pero NOS PREGUNTAMOS ¿Qué ingredientes tienen, cómo es posible que se mantengan húmedas en su paquetito y hasta qué punto es bueno (o malo) recurrir tanto a ellas?
Empezamos.......
¿Cómo están formuladas?
Cada toallita está elaborada con un tipo de textil muy utilizado en productos de higiene, impregnado en una emulsión con aditivos. Igual que en otros limpiadores básicos estarían compuestas principalmente por dos tipos de componentes: unos agentes que disuelven la suciedad y otros que arrastran los restos de sebo y maquillaje. Además, para mantenerse húmedas durante meses llevan muchos conservantes y alcoholes que pueden llegar a dañar la piel e irritarla.
¿Cuáles son sus ventajas?
¡Todas las sabemos! La comodidad y facilidad de uso encabezan la lista.
¿Y sus desventajas?
"Son solamente productos de higiene, no de tratamiento. La limpieza que hacen las toallitas es superficial; barren bien los residuos del día pero nunca demasiado el maquillaje". Las toallitas difícilmente puedan cumplir y darle a la dermis todo lo que necesita. Además, su uso excesivo altera la hidratación de la piel y esto es algo que funciona diferente en cada rostro: a veces queda la piel tirante y en otras ocasiones, engrasada o la temida rosácea.
Como la manera de uso de este producto no requiere enjuagar el rostro con agua, recurrir a ellas de forma regular podría llevar a aumentar el riesgo de alergia. "No enjuagarse la piel con agua puede hacer que queden residuos de conservantes, tensioactivos y emulsionantes que a la larga pueden provocar sequedad e irritación en personas con piel seca o sensible. Si luego se usa bastante agua para enjuagar, lo mejoraras.
¿Son aptas para todo tipo de pieles?
Definitivamente no. De hecho, están contraindicadas en pieles sensibles, con rosácea, con dermatitis atópica y pieles acneicas no tratadas ya que pueden empeorar su estado.
¿Cuándo conviene usarlas?
En momentos muy puntuales y para salir del paso en lugar de recurrir al producto de limpieza habitual. Pero siempre en situaciones excepcionales.
¿Conclusión?
No son aptas para todo tipo de piel.
Resecan , aportan tirantez.
Aumento de piel sensible o rosácea.
No limpian bien la suciedad, sobre todo maquillaje.
Utilízalas como algo socorrido muy puntual, aclara bien la piel con agua, e hidrátala muy bien con tu producto especifico.
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